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Presentación


Muchas veces puede que somos lo que vemos, no es el caso de nuestra superficie cutánea, la cual nos recubre para protegernos de las agresiones externas y ser un reservorio de nuestra estructura orgánica, eso sí, no es una barrera infranqueable, aunque si un órgano muy sufrido: soporta las agresiones físicas del exterior como son las radiaciones naturales, las variaciones de pH que pueden alterar el manto ácido protector de la misma, provocando infecciones. Ante situaciones de shock hipovolémico drena su contenido sanguíneo al torrente circulatorio general para compensar el déficit   sistémico, es lo que origina una vasoconstricción periférica (palidez) o en caso de hipertermia ser elemento regulador que favorezca la pérdida de calor  a través de  la vasodilatación.

La cubierta cutánea refleja varias enfermedades sistémicas e incluso como primera manifestación, tal y como se tratara de la expresión que adopta la cara en un momento determinado una situación anímica de la persona.

La piel es algo palpable que se ve y muy llamativo para dar diagnósticos en la práctica diaria y su acierto o no en el diagnóstico o su intervención pueden llevar a la curación, el ocultamiento de una enfermedad e incluso su cronicidad.

La Dermatología es una asignatura pendiente, cuando nos iniciamos en el ejercicio de la profesión sanitaria, seguramente por ser considerada una "maría" no dando la importancia que realmente tiene en el ejercicio de nuestra profesión y es cuando, llegado el momento, echamos de menos sus enseñanzas.

Con este curso se pretende dar desde el punto de vista práctico, un recorrido por las patologías dermatológicas más frecuentes que nos podemos encontrar y poder darles una solución y orientación adecuada desde nuestro buen hacer en la actividad profesional.

Dra. Gabriela Berengust
Dermatóloga
Directora del Curso